Saludos viajeros
Lo primero de todo, gracias a todos los que habéis visitado y os habéis tomado la molestia de echar un vistazo a este blog. ¡Mil Gracias!
Nos gustaría, que si os gusta este blog, o si tenéis algun consejillo, alguna sugerencia, lo que sea, nos escribáis, nos haría mucha ilusión leeros!
Deciros que al final esto va más lento de lo previsto. Con el anterior libro que empezamos hace más de un año, teníamos las cosas mucho más claras. Pero como algunos ya sabéis a principios de septiembre ocurrió una catarsis en el mundo de Erthara, o más bien en los pensamientos de Susana y mía. Y como, finalmente, decidimos que, puesto que los Nareltha serían uno de los pueblos más importantes de Espadas de Eda, lo mejor era empezar por el principio y contar la historia que ocurrió años atrás. De ahí nace Sangre de Hermanos, una historia que narra la historia de ese pueblo llamado Nareltha, y el destino final que ya estaba escrito para ellos.
¿Qué decir de los Nareltha? Aún recuerdo aquella lejana noche de hace ya cuatro años, cuando le propuse la idea de este pueblo a Indil (Susana) para que nos sirviera de base para crear nuestros personajes para el juego de la cuarta guerra de los clanes.
Los Nareltha no son bondadosos, o al menos no todos, tampoco todos son arrogantes (aunque muchos de ellos sí), ni etéreos,…ni siquiera son todos iguales. Los hay nobles, también ambiciosos, perversos, simpáticos, agradables, fuertes y débiles, mentirosos y honorables, asesinos, sabios, antipáticos, etc como cualquier persona. Son mortales, y al mismo tiempo están íntimamente relacionados con los espíritus de la naturaleza mediante rituales (por eso al principio, cuando los creamos, les dimos el nombre de Ritualistas), tanto que la unión es muy profunda, mediante algo que se conoce como “ennar” y del que otro día os contaremos de qué se trata.
Como os digo, otro día más sobre los Nareltha. Esperamos que algún día le podáis tener el mismo cariño que Susana y yo les tenemos, a pesar de sus muchos defectos ;)