Los nareltha son los protagonistas de nuestra historia.
Son el fruto de la unión de dos linajes: el de los elfos de Ireia y el de los humanos de Ales. Y recibieron un don de Eda: los ennar.
¡Salud, viajeros!
Este blog nació para dar a conocer la saga que estamos preparando los dos autores, que se materializará, si los designios de los dioses son favorables, en la publicación de Sangre de Hermanos, el primer libro de Las Espadas de Eda. Hemos hablado mucho sobre quiénes son los protagonistas de la novela, los nareltha.
El lejano 12 de septiembre de 2011 os presentamos a este pueblo, en esta entrada:
Os dimos a conocer su costumbre más característica: beber linsk, su bebida predilecta:
Y, además, os hablamos un poco más sobre el origen de la enemistad de los nareltha con los enanos de las Montañas Blancas:
Pues bien, en esta entrada os queremos contar algo más sobre los nareltha, para que los vayáis conociendo un poco más.
El pueblo de los nareltha es uno de los más importantes de Erthara. Posee una cultura rica en leyendas y deidades, y prolifera en cientos de rituales y ceremonias. Su biblioteca rivaliza con la gran biblioteca de Erein. Tienen una lengua propia, el naralthane, que desciende del idioma primigenio de Heimmi. Su país, Elerthe, acoge además a extranjeros que acaban viviendo en su ciudad, seducidos por sus costumbres, y atraídos por la riqueza que les proporcionan los productos del gran bosque Elthalûare y los yacimientos mineros de las canteras de nulya, por las cuales rivalizan con los enanos.
Las antiguas escrituras dicen que son el fruto de la unión de dos linajes: el de los elfos de Ireia y el de los humanos de Ales. Su historia es la de un largo peregrinaje durante miles de años y la de la fundación de varias ciudades, hasta que finalmente se establecieron en las estribaciones surorientales de las Montañas Blancas, al amparo del Elthalûare. Recibieron un precioso don de manos de la diosa Eda: una conexión inquebrantable del alma de cada uno de ellos con el espíritu de un ser vivo, convirtiéndose este en su tótem o ennar. A cambio, la diosa les pidió que guardaran dos objetos especiales, dos espadas magníficas, que simbolizaban la vida y la muerte y el ciclo que mantenía el Equilibrio que sustenta Erthara. Eran las Edantari, las espadas de Eda.
Sin embargo, a causa de don que Eda, en el seno de este pueblo empezó a nacer una división. A unos los unió al espíritu ennar de un animal, y son los narelântar, los hijos de la muerte. Otros recibieron el espíritu ennar de un árbol del bosque, los llamados elthalântar, los hijos de la vida. El don se convirtió en una maldición: aquellos que celebraban la vida, los elthalântar, no entendían la celebración de la muerte, y aquellos que celebraban la muerte, los narelântar, perdieron interés en la celebración de la vida. Dos grupos surgieron, enfrentados entre sí y surgió un rencor que los fue distanciando aún más si cabe, celosos de sus rituales propios. Durante tiempo, fueron alternándose en el poder de su país, acrecentando su rencor y desprecio al otro.
De esta manera, en el año 1412 de la Tercera Edad, la sociedad nareltha es bastante compleja. La enemistad entre los dos clanes es patente, rivalizando entre ellos por imponer sus creencias y controlar el poder en Elerthe, su país.
En próximas entradas, os contaremos como se organizan, como es la estructura de su sociedad, su forma de gobierno, y algunas cosas más."
Gracias por vuestro interés. ¡Que los dioses os bendigan!
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