Una guerrera se adentra en las entrañas de Erthara...
La escritora "tejedoradesueños" en twitter propone retos literarios. Comparte una ilustración y sugiere el reto de darle vida literariamente en unos pocos tuits. Los iremos colgando también en este blog, para quien los quiera leer. ¡Vamos con el de hoy!
EN MIS ENTRAÑAS #Dagaspunzantes
¿Has osado acaso a desafiarme, intrusa? ¿Qué crees que vas a encontrar aquí? Yo te lo diré: la muerte.
Te adentras por largos túneles envueltos en sombras. La luz de tu antorcha apenas puede alumbrar un palmo delante ti. Sonidos inquietantes te reciben, espeluznantes sollozos y sombríos susurros. ¿Aun así te atreves a continuar?
Un enorme y abrumador abismo se abre frente a ti y cruzas el umbral de mis entrañas. Con un aliento que parece no emitir sonido alguno, intentas esconderte entre las sombras.
No sabes lo que has desencadenado. A pesar de que tiemblo por el sonido de tus pisadas, despliego alas de murciélagos, espuma de mar y brazos escuálidos de seres que se perdieron en el tiempo.
Tú, intrusa, no retrocedes. Valiente, alzas tu espada y combates mis peligros en una danza macabra, mientras esquivas huesos, trozos de piel y cráneos rotos.
Y, al fin muestras tu verdadera naturaleza. Alzas un báculo pétreo mientras provocas una niebla que te envuelve. Entonces, desatas la tormenta. Empiezas a replicarte descontroladamente y tu horda de elfos mutantes tejen su red mortal sobre mis entrañas.
No me das miedo, intrusa. En las profundidades, una bestia despierta como un centinela en alerta máxima. Llevo observándote desde que entraste y ya sé cómo vencerte. Creo dragones de fuego, hambrientos lobos y despiadados orcos que se preparan para la batalla.
Pronto mi ejército te encuentra. La batalla comienza. Hiendes con tus espadas brillantes, mis muros de piel. No importa, mis heridas sanarán. Luchas con todas tus fuerzas para sobrevivir, pero no es suficiente. Te lo advertí.
La niebla se disipa a tu alrededor, tus soldados caen, carbonizados por el fuego de mis dragones. Tu infección desaparece. El olor a descomposición empieza a envolverte. Y observas la escena. Cuerpos desmembrados, tripas ensangrentadas, espadas rotas. He vencido.
Sé que volverás. Pero no olvidaré. En las profundidades de mis entrañas estoy forjando una memoria para recordarte cuán poderoso es el organismo al cual pretendes atacar, una y otra vez, en una invasión eterna.
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